Navidad, aeropuertos, un vuelo de madrugada y una historia de amor. Parece que estamos hablando de “Love Actually” ¿Verdad? Lo cierto es que esta historia tiene unos protagonistas muy diferentes.
Miguel y Anna se conocieron en pleno vuelo, a las seis de la mañana. Él venia sin dormir y ella iba a trabajar. El destino quiso que fueran compañeros de asiento y que una maleta cayera sobre una de los pasajeras, siendo la excusa perfecta para entablar conversación y empezar a reír juntos. Meses más tarde volvieron a coincidir y, esta vez, Miguel no dejó que Anna saliera volando.
Y así, entre risas y vuelos, entre vuelos y risas, Miguel pidió matrimonio a Anna justo donde todo empezó: en un avión. Antes de llegar a Bali, todavía en el aire, Anna y Miguel añadieron una página más a su preciosa historia de amor. Y es que parece que John Paul Young tenía razón cuando cantaba eso de “Love is in the air”.
La boda se celebró en Can Valldura, una masía a las afueras de Barcelona situada en la Sierra de Collserola. La masía se encuentra en un enclave mágico, un parque natural que cuadraba a la perfección la idea de boda que Anna y Miguel deseaban. Los verdes, el rosa palo y los tonos mostaza se impusieron como hilo conductor, siempre manteniendo las flores como inspiración clave en una boda en la que los pequeños detalles fueron los protagonistas. Dado el papel fundamental que jugaban, Anna y Miguel depositaron su entera confianza en Oh Fleurs!, que se encargó de todas ellas (ramo incluido). Los cactus, las pequeñas plantas y las hojas en tonos verdes decoraban las grandes mesas de madera oscura creando un conjunto increíblemente orgánico y armonioso con el entorno.
La banda sonora fueron la diversión, la alegría y el buen humor, notas que acompañaron a los novios durante toda la celebración. Y es que precisamente la música fue la protagonista de uno de los momentos más especiales: el baile con su hija en brazos.
Los novios contaron con la encomiable ayuda de París Berlín Wedding Planners, que ayudaron a cumplir los sueños de la pareja. De catering se encargó L’Empordà y toda la emoción y felicidad de ese día tan especial fue captado por La Dichosa.
Como no puede ser de otra manera, el secreto mejor guardado era el vestido de Anna. Anna tenía muy claro lo que quería, y también a quien acudir: Marta Martí fue la elegida para vestir a la novia en el día más especial de su vida. La manga corta del vestido hizo que optara por uno de los detalles que más magia y espectacularidad dieron al conjunto: una capa larga hasta la cola con un lazo negro de terciopelo.
Anna tenía claro que quería pasarlo bien y no sufrir por los tacones, así que escogió unos Unisa apostando por la comodidad. Para el maquillaje y peluquería, contaron con Carlos de Tàctum quien peinó a la novia y a la mayoría de las invitadas. Anna quería algo muy orgánico y que su pelo quedara lo más natural posible.
A la hora de elegir complementos, Anna se inclinó por los pequeños detalles, llevando únicamente unos pendientes de brillante regalo de la familia, el anillo de pedida de Cartier y una alianza de la marca catalana Joya Blanca.
El novio, al igual que Anna, huyendo de artificios y recurrió a Hugo Boss para su traje y zapatos. El único complemento que llevaba fue su reloj de Montblanc.
Una preciosa boda para una preciosa historia de amor real.
Un besote,
Rodolfo Mcartney.
Mendes Cali
Muchas gracias por compartir, las imagenes estan buenas, saludos.