
Foto de Boquerón á Feira
Hisako y Javier se dieron el sí quiero en una boda de tres días tan increíble como su historia de amor. La pareja se conoció en Ávila: Hisako fue allí en un viaje para estudiantes de español y Javier estudiaba en esa ciudad. Y allí surgió todo ¡Cuándo solo tenían quince años! Esta preciosa historia de amor derivó en una mágica pedida de matrimonio en la pequeña isla japonesa de Miyajima, junto al tori más mágico de Japón.
¿Queréis saber un poco más sobre esta boda llena de amor?
El lugar elegido fue su casa de campo, en una finca privada cerca de Cabeza del Buey, en Badajoz. Fue una unión civil, oficiada por la alcaldesa del lugar, a la que acudieron 185 invitados. Fue una boda home made, hecha con muchísimo cariño entre las familias y los amigos de la pareja, aunque contaron con la ayuda de su prima Carmen, especializada en eventos, que en todo momento les orientó para que todo saliera genial. ¡Hicieron una trabajo precioso!
El concepto e inspiración de la boda vinieron del sitio en sí, de los colores de las encinas y del suelo. Querían algo elegante en sintonía con el entorno y la casa principal de la finca de principios del siglo XX. Algo con lo mejor del campo y ese toque señorial y elegante.
Sin lugar a dudas, fue una boda llena de momentos inolvidables: desde la luz y el ambiente en la barbacoa del viernes por la noche, hasta la llegada en carruaje al sitio de la ceremonia o la entrada en la carpa de la cena con fuegos artificiales.
Fue una boda en tonos blancos, verde olivo y morados. Ellos mismos se encargaron de la decoración, llenando la celebración de 650 grullas de origami hechas a mano por la novia, su madre y su abuela Shigeko-San. Como antes hemos dicho, se trataba de una auténtica boda home made y se notaba en cada detalle, como en las servilletas estampadas por la madrina o los platos de barro diseñados por la cuñada. También se encargaron de la decoración floral, comprándolas en Castuera y haciendo el montaje ellos mismos. De la tarta se encargó el repostero del pueblo de al lado. ¡Todo muy cercano y poniendo en valor el producto local! En pro de esa reivindicación, Ana (la madre del novio) organizó una super barbacoa rural chic el viernes por la noche, recordando la manera extremeña de reunirse alrededor del cordero, el espeto y los productos locales de la tierra.
La invitación de boda la diseñó su amiga María Vaquero, que ahora vive y trabaja en San Francisco. Toda la cartelería de la boda estaba inspirada en las ciudades que marcaron la relación de la pareja, y la diseñaron e imprimieron las arquitectas de Barrio Balmaseda.
De las fotos se encargó Boquerón a Feira y del vídeo Lobos Video. ¡El resultado no pudo ser mejor!
Del catering elegido fue Sayca. Sin lugar a dudas fue una fiesta inigualable con música fusión cubano-gitana de Son d’Alikante, que dejó con la boca abierta y las caderas dislocadas de los invitados. Para que guardasen un grato recuerdo de este día, fueron obsequiados con cuncas para la queimada y miel ecológica de la propia finca envasada por la madrina.
Para el día más importante de su vida, Hisako escogió un vestido de Beba’s Closet. Según nos cuenta ella misma “quería algo muy simple pero con un toque más folclórico”. Optó por un vestido blanco, recto con la espalda al aire, capa y detalles en los hombros. Para el ramo, confió en las flores de Margarita Se Llama Mi Amor y ella misma se encargó de maquillarse para su gran día. Del peinado se encargó una peluquera de Cabeza del Buey.
Para su boda en el campo eligió unas sandalias con plataforma de Un Paso Más, perfecto para el entorno y las alérgicas a los tacones, y el velo de su mejor amiga repleto de cristales Swarovski. Sin embargo, el accesorio más especial fue sin duda el anillo de pedida cortesía de la abuela del novio. Fue posible tenerlo a tiempo para la pedida gracias a un joyero increíble de Bruselas (ciudad en la que vivía Javier) que se quedó sin dormir toda una noche para que el diamante de la abuela se colocara en el anillo que iría a Japón de viaje al día siguiente para terminar en la mano de Hisako.
Javier llevó un traje de Armani Collezioni, camisa de Hugo Boss y zapatos de Zara. Aunque el detalle más especial llegaba de manos de una pajarita muy especial: llevaba un estampado japonés en honor a la familia de la novia. La tela llegó desde Barcelona de la tienda on-line Japonerías y la pajarita la hicieron a mano con muchísimo cariño en la tienda madrileña Anglomanía.
Os dejo las fotos de Boquerón a Feira para que vosotros también podáis disfrutar de esta preciosa historia.
Un besote,
Rodolfo.

Foto de Boquerón á Feira